El estrés
El estrés se define como el esfuerzo que realiza nuestro organismo para adaptarse a las exigencias del entorno que lo rodea.
Así, si tengo más trabajo del que es normal en mi, será fácil que me estrese más para asumirlo y acabarlo. Si he de discutir un tema con alguien, me estresa más si es un tema difícil que fácil, si es en un entorno hostil que acogedor. Si he de resolver una situación, me estresa más si está fuera del alcance de mis habilidades.
Todo esfuerzo supone un estrés, pero si está dentro de mi capacidad de recuperación, no supondrá un problema. Cuando las exigencias de la situación superan mis habilidades, mis recursos habituales, y mi capacidad vital, el impacto del estrés será mayor.
Mis habilidades son las capacidades aprendidas o innatas con las que cuento para resolver la situación.
Mis recursos son los elementos externos o internos para aplicar y ayudarme a resolver esta situación.
Mi capacidad vital es mi estado actual físico, mental y emocional.
¿Cómo nos ayuda la práctica de un yoga consciente a gestionar el estrés?
La práctica de un yoga consciente trabaja directamente sobre nuestro estado, mejorándolo, y desarrollando nuestra habilidad de reequibrarnos y resituarnos. Alcanzando estos objetivos, el resto de habildades personales son más fáciles de aplicar, y por tanto seremos más capaces de resolver nuestras situaciones estresantes.
A través de las asanas conectamos con nuetro cuerpo, reducimos las tensiones acumuladas y lo mantenemos saludable. Si realizamos asanas más suaves e introspectivas, podemos combinar la practica de yoga con otras más físicas (pilates, gimnasia, algún deporte). Al traer la atención hacia nuestro cuerpo nos encontramos con nuetra mente y su estado más o menos agitado, y también trabajamos con él para reducir la agitación mental y sentirnos con más calma y silencio interior, en el que escucharnos y comprendernos mejor. La respiración se convierte en aspecto importante, pues nos ayuda a mejorar la condición de nuestro cuerpo y calmar la mente y las emociones. La observación, el estar presentes durante la práctica es un ejercicio de atención y concentración, que nos lleva a mejorar el estado de nuestra mente, y a darnos cuenta de la carga de nuestro estado anterior, más agitado y revuelto. Finalmente, vamos transformando nuestro «espacio interior» en un lugar de presencia más serena y consciente, donde recuperamos las sensaciones positivas de relajación, calma y bienestar, alejadas de las que produce el estrés.
En próximos posts, seguiremos viendo otros aspectos del yoga que nos ayudan en la gestión del estrés.
Autor: Juan Carlos López (Centre YogaOm Vilanova)