La importancia de savasana o postura central entre asanas

Cada asana tiene sus características, efectos y aporta una viviencia, un cambio en el practicante que lo lleva en alguna dirección. Esa vivencia se comprende cuando nos damos el tiempo para observar antes, durante y después de la asana. De otro modo, vamos pasando de una asana a la siguiente, sin más, con el afán de hacer cuantas más mejor en el tiempo que tenemos. Son dos enfoques diferentes.

El primero aquel en el que damos espacio a la restauración y la observación entre asanas, en savasana o asanas centrales. Aquí cultivamos desde el principio una actitud mental propia de la meditación, dónde el practicante aprende a observar aquello que sucede y soltar aquello que sobra. Se adquiere un conocimiento vivencial claro y profundo de cada asana en tres dimensiones: antes, durante y despues. Al final de la sesion, sientes que has hecho un viaje hacia tu interior y que la restauración es claramente a nivel físico y mental, con un sentimiento de integración profundo, y aprendes qué te aporta cada asana en todas sus dimensiones.

El segundo caso, es aquel en el cual se practican asanas de manera más dinámica, activa y fluida. Esta manera de hacer tiene gran aceptación hoy día, ya que vivimos con el valor de tiempo y su aprovechamiento, la necesidad de realizar actividad física, etc. Esto tiene obviamente un carácter más corporal y gimnásitco, una visión más anclada en lo estructural, con los beneficios que eso puede tener. Por contra, el conocimiento de qué aporta cada asana será menor, así como los efectos de relajación física y mental pues tan solo se da ese espacio al final de la sesión. Aquí se pierde, compartivamente, esa sensación de volver a tu yo en equilibrio más profundo.

Aunque ambas maneras de practicar pueden tener efectos beneficiosos sobre el practicante, la aproximación a una manera de practica u otra influirá en el resultado final y su personalidad. La primera manera de hacer es más relajada, restaurativa, orientada a soltar tensiones y desde ahí, generar un espacio consciente menos reactivo y más contemplativo, con las implicaciones que esto pueda tener en nuestra vida. Mientras que la segunda manera de hacer es más activa, orientada al hacer, donde el yo cotidiano sigue ejecutando activamente, y donde el yo interior tiene menos tiempo y espacio para ser escuchado y tenido en consideración, con las implicaciones que eso también pueda tener sobre nuestra vida.

Por yogaomvilanova

Profesor: Juan Carlos López, formado en Kaivalyadhama yoga institute of India y en el modo Stott Pilates.