El estrés es causa de muchas enfermedades y queremos ponerle freno

Date cuenta que el estrés lo podemos encontrar en cualquier ámbito de nuestra vida familiar, social o laboral. El hogar debería ser el lugar donde nos encontramos con nuestros seres queridos y podemos relajarnos y disfrutar de la vida. ¡Estamos con ellos porque los hemos escogido!! Pero a menudo se dan situaciones familiares dónde por múltiples motivos las cosas han cambiado y nos cuesta adaptarnos y aceptarlas, la comunicación no es la adecuada, el humor traducido al cansancio o irritabilidad de unos afecta al resto generando un ambiente irrespirable. Nuestra vida social es otro ámbito en el que se supone que nos realizamos como personas. Sin embargo, nos vemos expuestos a la crítica, valoración y juicio constante de nuestro entorno. Si esto nos afecta, acabaremos siendo nosotros los que vivimos en un estado de alerta constante para cumplir con los requisitos que suponemos nos harán socialmente aceptables. Por el contrario, puede pasar que no tengas vida social y eso te hace sentir solo entre la multitud. El entorno laboral puede generar estrés debido a múltiples factores como cargas de trabajo, incapacidad para realizarlas, exceso de horas, falta de reconocimiento, relación con compañeros, mala comunicación, falta de seguridad, etc.

Mejor no acumular estrés

Mantener el estrés elevado durante mucho tiempo no es una buena idea. Nos va a generar más y más tensiones físicas, mentales y emocionales, en un circuito cerrado, como el pez que se muerde la cola. Esto nos puede llevar a desarrollar hábitos no saludables, recargando nuestro organismo de toxinas y malestar, sin encontrar el tiempo de digerir todas las situaciones vividas y reflexionar sobre ellas para encontrar la mejor solución. El estrés nos pone alerta con el mundo, haciéndonos más reactivos, menos conectados con nosotros mismos y de nuestro bienestar. Como consecuencia estaremos menos receptivos a las cosas que nos sientan bien y nos hacen bien. El estrés puede generar más estrés en una escalada de malestar con consecuencias nefastas para nuestra salud y felicidad.

Busquemos soluciones, Mens sana in corpore sano

Cuidarse física y mentalmente, la buena alimentación y aprender estrategias como aprender a relajarnos pueden ser de gran ayuda a para combatir el estrés diario. Cuidarse físicamente: El cuerpo somatiza las tensiones mentales por las situaciones que vivimos constantemente. Así que os recomiendo hacer deporte, caminar, etc. Hacer alguna actividad física y de cuidado corporal para corregir y resistir mejor las cargas de estrés. La alimentación: Ya sabemos que afecta al buen funcionamiento de nuestro organismo y por tanto a nuestro nivel de energía y el humor. Cuidar nuestra alimentación es fundamental. Aunque a veces pequemos un poquitin, en general debemos comer sano, con tiempo, sin prisas, solos tranquilos o en buena compañía, comidas no muy pesadas y de buena digestión.  Aprender a relajarnos y escucharnos: Por último, ¡somos seres cíclicos! Vivimos activamente pero en algún momento necesitaremos recuperar la energía gastada, como nuestro teléfono móvil. Si aprendemos a relajarnos, calmar la mente, darnos un espacio de escucha interior, podremos dormir mejor, equilibrarnos física y mentalmente y mejorar nuestra capacidad de comprensión y decisión ante diferentes problemas. (Juan Carlos López)